A
quienes se tomen un instante para leer las humildes aportaciones que pueda
realizar en este blog, quiero exponerles las razones por las cuales he tomado
la decisión de crearlo y utilizar las redes sociales.
Siempre
pensé que el derecho debía explicarse en los tribunales, en un aula o en un
despacho, mi formación jurídica me indicaba que la seriedad de nuestra
profesión no tenía cabida en plataformas donde predominan los memes, los bailes
y las opiniones rápidas, sin embargo, consciente de que la realidad está en
constancia transformación, con el tiempo me he dado cuenta de algo: el derecho
ya está en redes sociales, con o sin los juristas.
Ahora
las personas que quienes nos debemos y debemos servir, buscan respuestas en
internet, ya no están dispuestas a esperan a una cita con un abogado ni revisar
los ordenamientos jurídicos antes de tomar decisiones.
La
verdad es que ahora las personas casi siempre buscan respuestas rápidas en foros,
videos en TikTok, algunos leen hilos en X, antes Twitter, en fin, confían en lo
que encuentran en el internet.
En
este sentido, el objetivo respetuoso y humilde que tengo para iniciar a
publicar en redes sociales, nace de la observación y problema que advierto, en el
sentido de que muchas veces esa información es errónea, sesgada o incompleta,
de ahí que una vez que lo he entendido, he decidido como jurista, atender a un deber
moral y profesional, en no seguir siendo sólo espectador.
Por
ello, me permito anunciar que utilizaré las redes sociales no para imponer mi
opinión, sino para compartir conocimiento de forma clara y accesible, es decir,
la única finalidad es que querer ayudar a que más personas comprendan sus
derechos sin necesidad de traducciones innecesarias, y también, para demostrar
que el derecho no tiene por qué ser aburrido ni inaccesible.
Si
algo me ha quedado claro en estos años es que la mayoría de la gente no
desconfía del derecho… desconfía de los abogados, ¿y por qué paso esto? Creo que
se debe que el ciudadano de a pie, siente que hablamos en clave, que nuestras
explicaciones están llenas de tecnicismos y que al final, todo es más
complicado de lo que debería.
Y
es que tienen razón, yo no comparto la idea de que en las sentencias se
utilicen formas complejas de explicación, que pareciera que se necesita de un
traductor para entender los derechos.
Yo
creo que el problema no es la gente ni el derecho, sino de quienes nos
dedicamos a esto y seguimos comunicándonos como si estuviéramos escribiendo una
tesis, por eso precisamente he decidido utilizar las redes sociales, es decir,
quiero explicar temas de derecho, no con
discursos complicados ni textos llenos de referencias legales, sino utilizar un
lenguaje claro, con ejemplos cotidianos y con un enfoque cercano a la gente de a
pie, yo creo que la justicia también se entiende mejor cuando la aterrizamos a
la vida real.
Desde
mi punto de vista, basta con hacer una búsqueda rápida en cualquier red social
para encontrar consejos legales que parecen sacados de una serie de televisión,
es común ver a personas asegurando que pueden anular deudas con “trucos legales”
o los famosos influencers diciendo que “con tal o cual frase” la ciudadanía
puede librarse de multas, y he visto hasta quienes venden formatos o plantillas
de demandas como si fueran recetas de cocina.
Estimo
que eso que pasa en las redes sociales, no es solo el problema de difundir cosas
sean falsas, sino que hay gente que se lo cree, y es ahí donde, reitero, mi
humilde y respetuosa intención es la de ayudar a que la gente no termine en
problemas más graves de las que ya de por sí tiene, y que al final, terminan en
tribunales o buscando abogados cuando ya es demasiado tarde.
Por
eso, he decidido que, en lugar de criticar desde lejos, mejor intentaré explicar
bien a la gente, aclararles dudas, en fin, brindar real, útil y sin rodeos.
A
veces, cuando la gente piensa en un abogado o en un juez, se imagina a alguien
serio, distante y con respuestas frías, pero la verdad es que el derecho trata
sobre la vida, sobre lo que pasa en el trabajo, en la familia, en la sociedad,
no debería ser algo alejado de la gente, de ahí que realmente quiero que la
gente vea que el derecho también tiene un lado humano, que no todo son códigos
y formalismos, sino historias reales que afectan a personas reales.
Alguna
vez escuché de alguien de decía que el “el derecho explicado es un derecho
defendido”, por eso mi deber como ciudadano y como jurista, es ayudar dentro de
mis posibilidades a que conocimiento del derecho se comparte, y que no sea un privilegio.
De
esta manera, anuncio que, a partir de ahora, trataré dentro de mis
posibilidades, hacer aportaciones sencillas, pero de buena voluntad y útiles, convencido
de que el derecho debe estar donde la gente lo necesita, dejando claro que la justicia
no solo se dicta en los tribunales sino que también debe comunicarse para
ayudar a quienes podamos.